A Arnoia, como la mayoría de los ayuntamientos gallegos sufrió en la década de los 40 un fuerte huida (podemos llamarla así) hacia la emigración en la búsqueda de una mejor en las condiciones de vida de los que marchaban y de los que permanecían en el pueblo. Los países de destino fueron, mayoritariamente, Argentina y Uruguay. En las capitales distes países, los primeros que llegaron allí crearon el “Centro ARNOIA de Buenos Aires” y el “Centro Arnoia de Montevideo”. En ellos se juntaban para compartir sus penurias e inquietudes y allí recibían a los nuevos vecinos que iban llegando y entre todos intentaban buscarles trabajo, lugar de residencia, etc.. Desde estos centros enviaron remesas de pesos para el pueblo para paliar las deficiencias de los familiares y vecinos que aquí quedaron.

Los de Buenos Aires consiguieron con su ayuda que si había instalado la “luz eléctrica” en Arnoia. Los de Montevideo que si construira la “torre del reloj” en San Roque, sin olvidar nunca las pequeñas ayudas directas para los familiares.

También algunos vecinos dirixironse a Venezuela, México, Brasil, y otros, en mucho menor número. En las décadas siguientes la emigración abríuse a otros destinos centrándose en Europa: Suiza, Alemania, Francia, e incluso Holanda y Reino Unido.
La emigración europea supuso una fuente muy importante de divisas. Estos emigrantes con mucho trabajo (cuela dificultad añadida del idioma) consiguieron unos importantes ahorros que invirtieron en negocios, en construcción de viviendas, en compra de pisos y en mejoras de sus condiciones de vida. La grande diferencia con los que emigraron la Hispanoamérica y que todos los años aprovechaban las vacaciones para visitar su pueblo e ir cuidando su familia mientras los del otro lado del Atlántico, tanto por la lexanía cómo por las distintas crisis que atravesaron esos países, en la maoría de los casos no poideron volver. Con estos arnoianos el Ayuntamiento organizó en el año 1992 un programa “reencuentros” que acercó hasta Arnoia a 170 vecinos, muchos de ellos nunca habían vuelto a la tierra que los vio nacer.

En la actualidad el número de arnoianos residentes en lo extranjero e inscritos en los consulados cómo tal distribuense de la siguiente manera: